El etiquetado de advertencia se vio implementado en Latinoamérica por primera vez en Chile en 2016, donde se ha tenido como respuesta por parte de algunas empresas la reformulación y/o lanzamiento de alternativas de sus productos con niveles reducidos de sal, azúcar, grasas y calorías, para así llevar al mercado nuevos productos con un mejor equilibrio de nutrientes (Fuente).